Interoperabilidad del conocimientoy usos.
Para comenzar con el
tema de la interoperabilidad de conocimientos comenzaremos con una
breve definición para ir entrando en materia de lo que sería la
interoperabilidad:
La interoperabilidad
es la capacidad de los sistemas de información y de los
procedimientos a los que éstos dan soporte, de compartir datos y
posibilitar el intercambio de información y conocimiento entre
ellos.
En España la mayor
aplicación de la interoperabilidad del conocimiento se da en
Sanidad, estando en desarrollo pero con unas grandes perspectivas de
futuro.
La interoperabilidad
es uno de esos nuevos paradigmas del sector Salud que, “junto con
el Big Data, han llegado para quedarse” según el doctor Eduardo
Vigil, Chief Medical Information Officer en everis, ehCOS y ponente
en el simposio sobre Oportunidades de la eSalud en la Asistencia
Sanitaria. Según Vigil, la interoperabilidad -es decir, el registro
automático de datos sanitarios en la Historia Clínica Electrónica-
permite conectar variables que, con las prácticas tradicionales
“estaban desconexas y nos hacían perder información que, ahora,
sí tenemos”.
La capacidad de
poder relacionar imágenes con datos de laboratorio, información
genómica, la Historia Clínica Electrónica, los datos registrados
por un paciente desde su teléfono móvil o con las variables de los
sistemas integrados de un centro sanitario es “como si estuviéramos
viendo la interacción de todas las partes del cuerpo al mismo
tiempo“. Un paciente ingresado genera alrededor de setenta datos
por minutos “y nuestro problema, como profesionales sanitarios, es
interpretar esos datos y conocer la relevancia de cada uno, ahí es
donde entra el Big Data. El Big Data nos permitirá generar
conocimiento a través de la información registrada por los
dispositivos interoperables“.
A pesar de la
complejidad de la interoperabilidad, existen casos de éxito que
demuestran que es posible la interoperabilidad entre distintos
sistemas de salud es posible, como es el caso del proyecto de
Historia Clínica Digital, iniciado en el año 2006 cuyo objetivo ha
sido posibilitar el acceso controlado a la información de un
paciente desde cualquier punto asistencial, sea primario o
especializado.
Otro caso de éxito
más reciente es el del proyecto para que la receta electrónica sea
interoperable en todo el territorio español, que comenzó a
implementarse en 2015 y se espera que finalice para mediados de 2016.
A parte de la
comodidad para los ciudadanos que se desplazan a otras regiones, ya
sea por turismo u otras circunstancias como las familiares, con la
interoperabilidad de la receta electrónica se obtiene un mayor
control de los medicamentos y seguridad para los pacientes.
Hoy por hoy se
pueden contar (literalmente) con los dedos de una mano las
Comunidades Autónomas que han implantado mecanismos de
interoperabilidad con la receta electrónica, con la previsión de
que 9 de las 17 autonomías puedan intercambiar recetas en los
primeros meses de 2017. Madrid y Barcelona, por su complejidad, no
están incluidas en este primer lote. Mismo caso ocurre con el
expediente clínico, donde a pesar de existir un Sistema de Historia
Clínica Digital, apenas 25,5 millones de españoles tiene su
registro médico digitalizado, con enormes diferencias entre las
distintas regiones de nuestro país. Además, el 70% de los
facultativos españoles considera que la interoperabilidad es mala o
muy mala, según una encuesta de la Fundación Instituto para el
Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS). Y ya no sólo entre
CCAA, también entre centros públicos y privados de una misma
localidad. Las tecnologías que permiten esta conexión entre los
distintos sistemas de información existen desde hace tiempo y países
comoSuecia ya los han implantado de forma exitosa. ¿Por qué España
sigue soportando la pesada carga de esta losa que lastra la
eficiencia del modelo sanitario público e, incluso, puede poner en
peligro la vida de los pacientes?
Entrada conjunta
Fantástica entrada en equipo
ResponderEliminarEl Dream Team de los blogger.
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